Para ser franca, me inquieta que de repente, una de esas excepciones llega, se caga tranquilamente en algo o alguien y cae el ejército de Bob Esponja a decir que no hay por qué sentirse mal, que siga adelante, que la vida vale la pena y que todo es color de rosa (alíniese compa, aquí todos somos felices).
Otro escenario común es:
Bob Esponja
"Me encanta trabajar en el Krustáceo Kascarudo"
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Barney: "Hey, sí qué chiva. Yo también quiero hacer kangreburgers"
Barby: "Hola Bob, no sabía que estabas ahí. Vos sos tan súper especial"
Olafo: "Pero don Kangrejo a veces puede ser un cabrón".
Barney: "No le haga caso, Bob. Hay gente que no pueden verlo a uno feliz, qué cansado".
Barby: "Olafo, usted sí que está feo".
Si uno no es Paulo Coelho o Rhonda Byrne pues está en todo su derecho de ser miserable de vez en cuando. Pero el tema es que no existe un binomio feliz-triste. La gente que no está feliz, no significa que está triste. La gente que no es positiva u optimista, no significa que es negativa.
Yo, de repente, necesito un poco de humanidad y, entonces, saco la cara del monitor, veo a la par mía y ahí está mi amiga Kylie, con una lista de reuniones infinita, frustrada y comiéndose una manzana de almuerzo a la par mía. Yo respiro aliviada. Kylie es de carne y hueso. Me sonríe con las cejas circunflejas y sigue martirizando al teclado de la compu.
Aunque no soy enemiga de toda esta onda new agey (me encantan la afirmaciones, por ejemplo) creo que esa carita feliz tiene esclavizada a demasiada gente.
Veo en la tristeza y en la felicidad dos sentimientos dignos de compartirse, igual que muchos otros, y admiro profundamente a la gente que no esconde su fragilidad bajo un "estado" eufórico actualizado cada dos o tres horas. Además, tengo una debilidad por los quejosos. Siento que están un paso más cerca de cambiar las cosas que los alegres envenados. Creo que son seres más complejos y genuinos.
¡Hey, smiley face! Usted puede enyesarse la sonrisa que no es cierto eso de que si se finge lo suficiente será verdad.
Un artículo de Psychology Today (que no comparte para nada mi perspectiva) toca tangencialmente el tema de cómo la gente se siente menos por esta tarea casi proselitista de hacerse ver bien en FB. "Todo el mundo tiene más sexo que yo", bromeó un amigo un día de estos... Cómo cuesta trabajo salir de loser estos días..., fotos de desbordante alegría, cambios de estado extáticos, ojitos que guiñen por doquier y signos de exclamación. Life's good.
Alguien dirá que hay sentimientos que no son para compartir en FB. Desde mi punto de vista, la alegría, tanto como la tristeza, nos desnudan y nos exponen por igual. Y en la felicidad hay mucha debilidad y estupidez también y puede ser un sentimiento muy vacío.
No hay nada que temer. Enojese, incomomódese, ande con cara de angustia, deje salir esa lagrimilla..., me late que lo hará una persona más feliz.

Este whoopie pertenece a Love From the Oven. Si alguien no tiene idea qué es Saint
Patrick's Day pero quiere comerse algo verde que sepa rico, aquí está la receta.